En medio de tantas preocupaciones mundiales y vecinales, una pequeña noticia: esta semana se extinguió otro idioma en nuestro planeta, el eyak. Desapareció durante una noche de Alaska cuando la última persona que lo hablaba murió. Tan simple y tan vertiginoso.
El vértigo proviene de pensar en lo que significa un idioma o una lengua para los humanos, de la relación especial que establecemos con la realidad, y de la cantidad de gente que alguna vez habló, gritó, canto o susurró con esas palabras que nadie más pronunciará. Ahora todo quedará fríamente guardado por el magnetófono de algún etnólogo avisado.
La agencia EFE dijo: "La cacica Marie Smith Jones, la última nativa de Alaska que hablaba la lengua eyak, ha muerto esta semana a los 89 años de edad". Había nacido, por cierto, en una ciudad llamada Córdova.
Hicimos una visita al "Ethnologue.com", sitio de los idiomas del mundo, donde dice que hay 6.912 lenguas vivas. Como el eyak está en la lista, suponemos que ahora son 6.911. De esas, hay 512 que se consideran prácticamente extinguidas, porque las hablan menos de 50 personas.
La nota sobre la muerte de esta mujer indígena en El País dice que hay 3.000 lenguas en riesgo de extinción, según UNESCO. Y afirma que 10.000 años atrás, cuando había 10 millones de humanos, se hablaban 20.000 lenguas.
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