Una noche de verano de 1950 el escritor italiano Cesare Pavese tomó una habitación en el hotel 'Roma' de Turín y allí se suicidó. Fue un acto privado, detonado por una combinación de amor, abandono y dolor que lo tenía devastado. Pero sus consecuencias fueron públicas pues en el escritorio de su oficina apareció un sobre con 10 poemas póstumos y un título estremecedor: "Vendrá la muerte y tendrá tus ojos".
El primer poema del libro lo decía todo. Está en inglés y el título es: "To C. from C.". Esas dos C son perfectamente identificables. La primera le pertenece a una actriz estadounidense que había probado suerte en Roma, Constance Dowling, y la segunda al propio Cesare.
Los 10 poemas fueron escritos apenas unas semanas antes de su muerte, entre el 11 de marzo y el 11 de abril de 1950. Las anotaciones del diario de Pavese y los testimonios de sus amigos revelan que estaba desesperado, pues Constance lo había abandonado y regresado a Estados Unidos.
Llega el tercer poema, donde Cesare se maravilla: "Tienes sangre, respiras / Estas hecha de carne / de cabellos de miradas / también tu... /".
Y luego el cuarto, quizás uno de los poemas de amor (y no solo) más famosos de todos los tiempos, pese a que en realidad es trágico y hasta vengativo. En italiano comienza: "Verrá la morte e avrá i tuoi occhi".
¿Cómo eran esos ojos? Había leído, pensado, conversado muchas veces este poema. Reapareció en mi vida hace sólo un par de días en una librería cuando me hicieron un regalo súbito, también con mucho amor: la bella edición de Einaudi de este poemario de Pavese, un libro blanco y delgado. Al principio fue complejo abrirlo, a veces, en ciertas encrucijadas, algunos poemas pueden hacer daño, tememos vernos reflejados. Pero luego el texto fluyó.
Nuevamente la pregunta, ¿y esos ojos? Impúdico, recurrí a internet, y encontré una página con una biografía de la actriz Constance Dowling. Descubró que antes de Pavese había tenido una aventura con Elia Kazan y que conocía otra serie de intelectuales. Al parecer no tuvo suerte como actriz e hizo lo que casi todos: se casó y tuvo hijos.
"Vendrá la muerte y tendrá tus ojos". No sé, la foto quizás me engaña. Encuentró otra foto, con otros ojos, en Wikipedia. Y una lista de películas.
Por supuesto, cuando pienso en este poema, pienso más bien en Pavese. Quién sabe cuánto soñó. Y luego, las ilusiones perdidas. Desde luego, es un poema de amor, pero obviamente también es uno de muerte.
El poema, en una traducción propia hecha en un cibercafé, dice:
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos -
esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, como un antiguo remordimiento
o un vicio estúpido. Tus ojos
serán una palabra inútil,
un grito apagado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola te inclinas
sobre el espejo. Oh querida esperanza,
ese día sabremós también nosotros
que eres la vida y eres la nada.
Para todos la muerte tiene una mirada.
Vendra la muerte y tendrá tus ojos.
Será como abandonar un vicio,
como ver en el espejo
asomarse un rostro muerto,
como escuchar un labio cerrado.
Mudos descenderemos al abismo.
(22 de marzo de 1950)
me haz dejado perplejo Cesar Pavese
Publicado por: Alvaro Zavaleta | 07/01/2010 en 12:19 p.m.